domingo, 10 de septiembre de 2017

NOLAN VERSUS VILLENEUVE


Los estrenos de Dunkerque y Blade Runner 2049 me invitan a reflexionar sobre la trayectoria de estos dos grandes directores.

        Christopher Nolan  sacudió mis neuronas en el 2010. La compleja y excelente Origen marcaba un momento cumbre en su carrera, llevando al extremo en el film la complejidad onírica de la mente humana.
        Denis Villeneuve llamó mi atención a raíz de visionar Prisioneros en el 2013 y descubrir sus películas anteriores y el excepcional desarrollo de su carrera posterior.

        Los dos realizadores comparten similitudes no solo contemporáneas  Ch. Nolan (1970), D. Villeneuve (1967) — sino también destacadas diferencias en su obra y en su trayectoria.
        Ambos creadores poseen un magnetismo que atrapa al público manteniendo su sello de autor, aunar personalidad y espectáculo es complicado. El director de Memento alcanzó el ascenso en la industria del séptimo arte con relativa facilidad y ha logrado mantenerse película tras película. Sin embargo Villeneuve ha ido escalando entre premios y nominaciones, reconocimientos que le han hecho avanzar peldaño a peldaño hasta alcanzar la cúspide del arte cinematográfico.


        LAS TRAYECTORIAS.

        CHRISTOPHER NOLAN (Reino Unido) debuta en 1998 con Following, una cinta independiente realizada con escasos medios pero con un argumento que ya mostraba sus inquietudes artísticas. Con este film logra el galardón a la mejor película independiente de la academia británica.
        Ya en EEUU Memento (2000) se convierte en un éxito ganando diferentes premios y dos nominaciones a los oscar. Su puzzle argumental y su forma de narrar las peculiaridades de la mente humana le abren las puertas de la industria. Su siguiente film Insomnio (2002) incluye un reparto de lujo encabezado por Al Pacino y Robin Williams, a partir de ese momento se encarga de la realización de la mejor trilogía sobre superhéroes. Batman Begins (2005) inaugura una saga de films humanizando al salvador de Gotham City y logrando un extraordinario éxito de público.


 
        A partir de ese momento combina a la perfección calidad y espectáculo alternando la serie sobre Batman con El truco final (el prestigio) (2006) hasta llegar a su obra cumbre: Origen (2010).
        El director de El caballero oscuro (2008) no elige el camino fácil y se embarca en proyectos arriesgados como  Interstellar (2014), donde nos invita a una aventura multidimensional viajando por planetas, atravesando un agujero negro o mostrándonos un agujero de gusano; las argumentaciones científicas son la excusa para crear una odisea que atrapa al espectador.



        DENNIS VILLENEUVE (CANADÁ) obtiene su primer reconocimiento por un peculiar cortometraje documental en 1996 REW-FFWD y debuta en el cine en el mismo año que Christopher Nolan con Un 32 août sur terre  (Un 32 de agosto sobre la tierra). Una sorprendente película dónde ya se contempla el trabajo de los personajes a partir de un hecho dramático, el aparatoso accidente de la protagonista, su posterior desarrollo vital y la importancia de un paisaje como es el impresionante desierto de sal de Utah.
         Sus siguientes trabajos cosechan diferentes galardones. De obligada visión son: el excelente corto Next Floor (2008) o la premiada e impactante Polytechnique (2009), una personal reconstrucción de la matanza en la escuela politécnica de Montreal en 1989. El director canadiense sigue a los personajes adentrándose en la mente de cada uno de ellos, los detalles, el escenario, los diferentes puntos de vista ofrecen al espectador una experiencia espeluznante, limpia,  sin artificios.

        Con su siguiente film Incendies (2010) logra la nominación a los oscar como mejor film extranjero y el reconocimiento internacional en una película valiente, dura e inesperada, un viaje por el odio de las guerras.
        Por fin el director de La llegada (2016) recibe la llamada de Hollywood para dirigir Prisioneros (2013), un intenso drama con H. Jackman y J. Gyllenhaal. Para adaptarse  al reto de la industria americana decide realizar el mismo año Enemy (2013) una complicadísima adaptación de la novela de Saramago El hombre duplicado. Según las propias declaraciones del director canadiense realizó este film para poder afrontar con garantías el rodaje de su primera superproducción americana, la ya mencionada Prisioneros.  
        Tras toda esta intensidad profesional proyecto a proyecto el director de la notable Sicario (2015) está llamado a ser uno de los grandes del cine.
        Bladde Runner 2049 (2017) a punto de estrenarse y Dune nos esperan.

       
        LAS DIFERENCIAS.

        CHRISTOPHER NOLAN utiliza los límites de la magia, de la mente, de la ciencia, del comic y logra hacerlo creíble juntando el espectáculo visual con la explicación argumental. Todo cuadra en guiones imposibles y montajes originales con un envoltorio dónde la música y las otras facetas de producción logran el magnetismo, provocando la tensión en el espectador. Sus trucos de guión avanzan de sorpresa en sorpresa hasta la pirueta final.
El director de Dunkerque es un cineasta de extremos: la agónica supervivencia de la guerra en su último film; el insomnio de Al Pacino; la reconstrucción poliédrica de una mente; la confrontación de dos magos buscando el límite de sus trucos; la construcción de los sueños, dentro de los sueños hasta llegar al mismo origen de los mismos; el sufrimiento y el hundimiento de un superhéroe que resurge de las cenizas, llegando a su lado más humano; o el viaje por el interior de lo inexplorado en los confines de la galaxia, interpretando teorías científicas imposibles de comprender.



        DENIS VILLENEUVE recurre a grandes historias dónde la imagen predomina al diálogo, los detalles, la construcción de los personajes se convierten en la guía del argumento y nos reserva finales para pensar, para volver a revisar mentalmente la película, para sorprendernos. Todo ello sin renunciar al espectáculo visual y a un envoltorio dónde los particulares escenarios y su ambientación cobran protagonismo.
        El director canadiense maneja la historia con el seguimiento de los personajes, crea empatía con el espectador que se implica en el devenir de los hechos que les suceden y las circunstancias que los envuelven, son la guía para que la historia se haga grande, para que sin darnos cuenta los integre en una atmósfera particular que forme parte de ellos, para despistarnos, para sorprendernos, para comprobar que todo tiene un sentido, para disfrutar de lo espectacular y de lo intelectual, un cine sin fronteras.


        Dunkerque versus Bladde Runner 2049, un duelo entre pasado y futuro, una batalla dónde solo habrá un ganador, el espectador.


       






FILMOGRAFIAS.

CHRISTOPHER NOLAN

1998- Following
2000- Memento
2002- Insomnio
2005- Batman begins
2006- El truco final (el prestigio)
2008- El caballero oscuro
2010- Origen
2012- El caballero oscuro: la leyenda renace
2014- Interstellar
2015- Quay (documental)
2017- Dunkerque




DENIS VILLENEUVE

1994- REW-FFWD (cortometraje)
1996- Cosmos (segmento de la película)
1998- Un 32 août sur terre (Un 32 de agosto sobre la tierra)
2000- Maelström
2006- 120 seconds to get elected (cortometraje)
2008- Next floor (cortometraje) VER CORTOMETRAJE
2009- Polytechnique
2010- Incendies
2013- Prisioneros
2013- Enemy
2015- Sicario
2016- Arrival (La llegada)
2017- Blade Runner 2049
         Dune (pre producción)



jueves, 27 de abril de 2017

JONATHAN DEMME, silencioso artesano.

El director de El silencio de los corderos ha fallecido a la edad de 73 años.  Jonathan Demme pasará a la historia por esté clásico del cine. Recuerdo a Clarice Starling (Jodie Foster) acercándose a la celda del Dr. Hannibal Lecter y la primera aparición del siniestro personaje (memorable Anthony Hopkins). La impresión que recibe la agente del FBI se traslada a los espectadores, a partir de ese momento el film se vuelve intenso, estamos atrapados por la historia y sobre todo por un personaje que traspasa la maldad para seducirnos.
El director logró que una sensación difícil de explicar me acompañase al finalizar la proyección.


ANTES de ganar 5 oscars y tocar la gloria, Jonathan Demme dirige diferentes films en los años 70, en 1978 realiza una entrega de la serie Colombo y al año siguiente El eslabón del Niágara (79),  Roy Scheider (en su mejor momento: Tiburón, Marathon Man) protagoniza este interesante thriller.
        Stop Making Sense (84), es un aclamado documental musical del grupo Talking Heads. Rodado en tres noches y con siete cámaras, recibe excelentes críticas marcando un nuevo rumbo en la realización de conciertos en directo.  A lo largo de su carrera, Demme se descubrirá como un experto documentalista, sobre todo musical.
Puedes ver el documental entero en el enlace primero.
Disfruta de la música de Talking Heads mientras lees este artículo.


        Su siguiente film logra un éxito de taquilla, Algo salvaje (86) es una comedia romántica alocada rodada con buen ritmo, Melanie Griffith y Jeff Daniels logran unos acertados personajes.
        Casada con todos (88), es una ligera comedia de mafiosos con un excelente reparto: Michell Pfeiffer, Mathew Modine, Dean Stockwell, etc.

TRAS el éxito de El silencio de los corderos, Jonathan Demme se embarca en un drama intenso sobre la enfermedad del sida. Philadelphia gana dos oscar: mejor canción (Bruce Springsteen) y mejor actor para un Tom Hanks que se descubre como intérprete alejándose de su cliché de comediante. Denzel Washington y un emergente Antonio Banderas completan los personajes principales.
        A partir de aquí, Jonathan Demme combina la realización de films, series y sobre todo varios documentales.
Destacan las películas: Beloved (98), sobre el drama de una esclava en el siglo XIX y el aceptable remake de El mensajero del miedo (2004) con Denzel Washington y Meryl Streep, con quien repite en su penúltima realización, la reciente Ricki (2015).


Como DOCUMENTALISTA, Siguiendo la senda de Stop Making Sense, realiza tres documentales sobre tres músicos diferentes y tres más sobre Neil Young.
Los ocho documentales restantes se interesan por temas diferentes:
Políticos: Jimmy Carter, Man from Plains (2007), los intentos del ex presidente de EEUU por alcanzar la paz entre Israel y Palestina.
Sociales, I´m Caroly Parker:The Good, the Mad and the Beautiful (2011), que trata sobre la última mujer que decidió dejar su vivienda durante la evacuación del huracán Katrina en 2005 o la historia de Jean Dominique, periodista de radio haitiano y activista de derechos humanos en The Agronomist, (2007).


Nadando en Camboya de 1987, es una rareza muy estimulante: Spalding Gray, actor de reparto de Los gritos del silencio, describe sus experiencias sobre el rodaje de la película y los acontecimientos por los que atravesaba el país con una situación política convulsa.


JONATHAN DEMME, SILENCIOSO ARTESANO.

domingo, 19 de febrero de 2017

LA MÚSICA Y EL CINE en tres films que suenan de lujo (1).

     El MUSICAL.

La música es el complemento perfecto para crear una gran película, una banda sonora debe estar al servicio de la narración, de lo que se quiere transmitir al espectador; subrayando emociones, complementando a los personajes, introduciendo situaciones, etc.

Todo cambia si le damos la vuelta. Qué tal si la música se convierte en el motor de una historia o en uno de los personajes principales o en el eje de una trama.

EL MUSICAL: del claqué de Fred Astaire al de Ryan Gosling.

       
Recuerdo los bailes de Fred Astaire y Ginger Rogers; las perfectas coreografías de Gene Kelly; la mítica West side story(54); o el clásico Siete novias para siete hermanos(61). Todas estas películas marcaron una época del musical en Hollywood.
En 1978 Grease, renovó el musical, convirtiéndose en un hit generacional aportando un aire fresco y desenfadado, los tiempos habían cambiado resguardados por las chupas y los pantalones de cuero y los nuevos looks.

La magnífica All that Jazz (Bob Fosse) (79) allanaba el camino de la Fama (80) (Alan Parker). Hair (79) (Milos Forman) relanzaba la opera rock, tras Tommy y Jesucristo Superstar. Los espectáculos musicales y el esfuerzo artístico experimentaron un nuevo rumbo.
A partir de ese momento perdí el rastro del musical, tan sólo reseñar la original propuesta de Woody Allen, Todos dicen I love you (96) y la singular, Bailando en la oscuridad de Lars Von Trier, con una artista tan transgresora como Bjork.
Las últimas aportaciones al género me dejaban frio. Chicago (2002), un espectáculo demasiado encorsetado y Moulin Rouge (2000), pretencioso y excesivo.
La magia de Woody Allen contagia a LA LA LAND
Laciudad de las estrellas, (LA LA LAND) (Damien Chazelle) (2016) ha rescatado el claqué de sus protagonistas de una forma sencilla y original.

La ciudad de las estrellas, (LA LA LAND)

La ciudad de las estrellas, (LA LA LAND), un billete para soñar.

Un enorme atasco se convierte en un espectacular número musical al comienzo del film. Me sumerjo en la fantasía arropada por la música y la trepidante coreografía disfrutando de esta circunstancia idílica. Estoy dispuesto a disfrutar de un día soleado  junto a los conductores atrapados; extasiado bailo encima del techo de mi coche junto a cientos de personas; el final de esta secuencia me devuelve a la realidad de los protagonistas. Estoy dentro del film.

Transito por la vida de los dos personajes: una aspirante a actriz que se siente machacada  en cada uno de los castings, y un pianista que aspira a tener su propio club de jazz y que sobrevive alquilando sus manos en locales sin alma.
        La excelente música se mezcla con elegantes planos secuencia. Acompaño a la actriz aspirante al interior de una fiesta, ritmo, baile, diversión; una enorme piscina recibe el primer chapuzón y la cámara se sumerge en el agua y sale a flote retratando el frenesí de la diversión.
Es tarde para mi actriz, rodeada de gente se siente ausente y la cámara ralentiza sus movimientos. Volvemos a la vida real.

        Los números musicales se van sucediendo mezclando la realidad con la fantasía, la música  salva a mis protagonistas de todos sus fracasos endulzando las situaciones amargas y guiando sus destinos y sus encuentros.
        Nos encontramos ante una historia de amor envuelta en ilusión. Por fin mis personajes encuentran el momento decisivo, ese romántico primer beso tras el primer contacto tímido de sus manos. En la pantalla del cine un clásico: Rebelde sin causa, por fin sus labios se van a juntar pero el celuloide se quema. No importa, revivirán ese instante visitando la localización de la película, la magia del amor y la música se fusionan.
        Comparten sus sueños, me siento feliz con ellos, juntos podrán con todo, respiro luz, optimismo, energía, proyectos, siento el jazz como ellos, comparto sus reflexiones; pero, esto es la realidad, el amor y el desamor van de la mano. Dejamos de nuevo los sueños aparcados, la música se espacia, la melancolía, la tristeza, los reproches aparecen. El ritmo de la cinta se relaja.

        He salido de la gran pantalla, observo a mí alrededor a los espectadores que comparten mi experiencia en la sala de cine.


        Recorro el metraje en solitario, hasta que vuelve a sonar esa bonita melodía que va cambiado de registro; siento que va llegando el momento, lo deseo con fuerza, siento como mi cuerpo se levanta del asiento, la felicidad me embarga y recorro de nuevo con mis dos protagonistas esta sencilla historia donde la música y la imagen han provocado un viaje intenso en mi interior.
        Un billete para seguir soñando.
La ciudad de las estrellas (LA LA LAND) (Demian Chazelle)(2016)
                                       Reseña musical de la banda sonora por Frederic torres